Historia de los Diccionarios

Un recorrido por la tradición lexicográfica española

Los diccionarios monolingües representan uno de los logros más significativos de la cultura lingüística de cualquier idioma.
Antes de abordar su historia en el ámbito hispano, conviene recordar qué entendemos por “diccionario”.

Según la Real Academia Española (RAE), diccionario (del b. lat. dictionarium) es un
“repertorio en forma de libro o en soporte electrónico en el que se recogen, según un orden determinado, las palabras o expresiones de una o más lenguas, o de una materia concreta, acompañadas de su definición, equivalencia o explicación”.
Sinónimos: lexicón, léxico, vocabulario, glosario, tesoro, tesauro, mataburros, tumbaburros, enciclopedia, repertorio.

Aunque existieron repertorios bilingües desde antes de la era cristiana, los diccionarios monolingües —aquellos que definen las palabras dentro de una misma lengua— surgieron mucho más tarde, como expresión del desarrollo intelectual y cultural de cada idioma.

El Tesoro de la Lengua Castellana

Sebastián de Covarrubias Orozco (1539–1613), canónigo de Cuenca y capellán del rey Felipe II, publicó en 1611 una obra fundamental para la lengua española: el Tesoro de la lengua castellana o española.

Este trabajo monumental no fue solo el primer diccionario monolingüe del español, sino también uno de los primeros en cualquier lengua romance. Covarrubias comenzó su redacción en 1605, a los 66 años; consciente de su edad, redujo progresivamente la extensión de los artículos por temor a no concluir su obra.

El Tesoro fue concebido como un compendio erudito que combinaba definiciones con consideraciones etimológicas, culturales y enciclopédicas. Además de palabras, incluía refranes, costumbres, mitología y aspectos culturales de la España del Siglo de Oro.

Características del Tesoro

  • Primera obra lexicográfica monolingüe del español
  • Combina definiciones con etimologías y notas culturales
  • Incluye refranes, expresiones y referencias mitológicas
  • Refleja el español de principios del siglo XVII

El valor del Tesoro trasciende su función como diccionario: constituye una ventana al pensamiento, la cultura y el lenguaje de su tiempo, y sentó las bases para toda la lexicografía española posterior.
Fuente: Wikipedia – Tesoro de la lengua castellana o española

La Real Academia Española

Fundada en 1713 bajo el reinado de Felipe V, la Real Academia Española (RAE) nació por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga, marqués de Villena y su primer director, quien se inspiró en la Academia Francesa.
El 3 de octubre de 1714, la RAE fue reconocida oficialmente por real cédula del rey.

Su objetivo: “fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza”.

El primer Diccionario de autoridades, publicado entre 1726 y 1739 en seis volúmenes, marcó un hito en la historia lexicográfica. A diferencia del Tesoro de Covarrubias, incorporaba citas literarias que respaldaban cada acepción.

Hitos de la RAE

1713 – Fundación

Creación de la Real Academia Española

1726-1739 – Diccionario de Autoridades

Primera edición con citas literarias

1780 – Primera edición abreviada

Versión más accesible para el público general

2014 – 23.ª edición

12 volúmenes, 93 000 palabras, e inclusión de sinónimos y antónimos

2021 – Actualización 23.5

Incorporación de términos modernos como bitcóin, ciberacoso, poliamor

Presente – Ediciones digitales

Actualizaciones continuas y recursos en línea

Con la creación de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) en 1951, la RAE comenzó a coordinar junto a las academias de América y Filipinas una norma común del español, adaptada a la diversidad de los hablantes. Historia oficial de la RAE
La RAE ha mantenido su labor lexicográfica durante más de tres siglos, adaptándose a los cambios del idioma y las necesidades de los hablantes. El Diccionario de la lengua española (DLE), anteriormente conocido como DRAE, se ha convertido en la referencia normativa del español, con actualizaciones periódicas que reflejan la evolución constante del idioma.

La Evolución de la Lexicografía

Desde los trabajos pioneros de Covarrubias hasta la era digital, la lexicografía española ha experimentado una notable evolución. Los diccionarios han pasado de ser obras monumentales y eruditas, accesibles solo a una élite culta, a convertirse en herramientas cotidianas disponibles para todos.

La tradición lexicográfica española no se limita a los diccionarios generales. A lo largo de los siglos se han desarrollado diccionarios especializados: etimológicos, de uso, de sinónimos y antónimos, de regionalismos, y como el que presentamos aquí, diccionarios temáticos que preservan vocabulario específico de épocas o ámbitos particulares.

Los diccionarios genealógicos y de términos antiguos juegan un papel crucial en este ecosistema lexicográfico. Preservan vocabulario que ya no está en uso activo pero que resulta esencial para comprender documentos históricos, estudiar la evolución social y cultural, y rastrear las historias de nuestras familias y comunidades.

Relevancia para la Investigación Genealógica

Al estudiar documentos antiguos, los genealogistas e historiadores se enfrentan a vocabulario que ya no forma parte del español actual. Comprender esos términos es esencial para interpretar correctamente profesiones, relaciones sociales, estructuras jurídicas y contextos culturales del pasado.

Este Diccionario Genealógico continúa esa tradición lexicográfica, aplicándola al ámbito histórico y familiar, con el mismo propósito que guiaba a Covarrubias y a la RAE: preservar, documentar y facilitar el acceso al patrimonio lingüístico del español.